La importancia de un buen aislamiento en arquitectura sostenible


Agosto 14 de 2021

Conductividad térmica, resistencia y transmitancia

Son tres los pilares de un buen aislante térmico. El primero es la conductividad térmica, la propiedad física de algunos materiales capaces de transmitir calor. Es decir, de permitir el paso de la energía cinética de sus moléculas a otras sustancias adyacentes. El segundo es la resistencia térmica, su capacidad para oponerse al flujo de temperatura. Y, el tercero, la transmitancia térmica, que es el flujo de calor que fluye por unidad de tiempo y superficie, transferido a través de un sistema constructivo, formado por una o más capas de material, de caras plano paralelas, cuando hay un gradiente térmico de 1°C de temperatura entre los dos ambientes que éste separa.

Así, para medir la capacidad de aislar de un material, necesitamos conocer su valor de conductividad térmica. Cuanto menor sea, mayor capacidad de aislamiento tendrá. Por otro lado, también es importante conocer su resistencia o transmitancia térmica. Esto es, para que un material sea un buen aislante, debe de tener una gran resistencia o una baja transmitancia. Además, hay que tener en cuenta que, lo que hace que un material sea un buen aislante es su capacidad de poseer aire en su interior, no las propiedades del material en sí. Por tanto, cuanto más ligero sea un material, más probabilidades tenemos de hallar en él un buen aislamiento.


 

¿Por qué es tan importante un buen aislamiento en los edificios?

Como decíamos antes, uno de los principios del estándar Passivhaus es el aislamiento de los inmuebles. El edificio debe ser capaz retener el calor cuando el ambiente exterior es más frio que el interior. Y, viceversa, retener el frío cuando el ambiente exterior es más caluroso que el interior. Así, un buen aislamiento contribuye a reducir el calor en el interior durante el verano, disminuyendo la necesidad de utilizar aire acondicionado. Y, por otro lado, también ayuda durante el invierno a reducir el frío y retener el calor, disminuyendo la necesidad de utilizar calefacción.

El clima, un factor importante

Por supuesto, las condiciones exteriores no son constantes las 24h del día y varían mucho dependiendo de la zona geográfica. Las pérdidas y ganancias de calor de un edificio dependerán, en gran parte, del clima exterior. Así, en función del clima debemos optimizar el espesor del aislamiento térmico, siendo más grueso en los climas húmedos y fríos, y más fino en los climas cálidos.

No obstante, para garantizar un nivel óptimo de aislamiento siempre se debe realizar un análisis especializado. Éste nos facilitará la toma de decisiones apropiadas para cada tipo de edificio en función de su ubicación y de sus condiciones climáticas.

Aislantes sostenibles

La característica más común de los aislantes sostenibles es que son saludables y que, por supuesto, reducen la huella ambiental. Además, normalmente gozan de una larga duración, son reciclables y biodegradables. A continuación, mostramos varios ejemplos de este tipo de aislantes, tanto térmicos como acústicos:

  • Corcho. Gracias a su estructura alveolar, el corcho es un material muy resistente a las lluvias y a las altas temperaturas. Además, resiste muy bien el paso de los años y es muy adecuado para revestir paredes y suelos.
  • Lana de oveja. Sus propiedades higroscópicas hacen que este material absorba la humedad ambiente, o la desprenda, según la necesidad de la temperatura del entorno.
  • Madera. Es un excelente aislante térmico debido a su estructura celular. Las fibras que la conforman no acumulan el calor, y es uno de los materiales más sostenibles del mercado.
  • Algas marinas. Pueden ejercer como material aislante sin necesidad de utilizar productos químicos ni de realizar un proceso industrial complejo. Son idóneas para su uso en el interior de las viviendas y además, poseen la capacidad de almacer un 20% más de energía que la madera.
  • Lino. Este material es el óptimo si queremos aislar tanto de forma térmica como acústica, aunque no es recomendable en ambientes muy húmedos.
  • Algodón. Esta fibra textil vegetal tiene una gran elasticidad y una gran resistencia al aplastamiento. Además, es un material perfecto como aislante acústico, puesto que mezclado con tejidos denim y con boro, alcanza una acústica superior a la fibra de vidrio.

La celulosa, el cáñamo, los fardos de paja… Existen un gran número de opciones para poder aislar un edificio de manera sostenible. La elección de uno u otro siempre dependerá de las características de la vivienda que estemos construyendo o rehabilitando, y también de las de su entorno. Pero, lo que está claro es que, gracias al desarrollo científico y tecnológico, cada vez son más las opciones que tenemos disponibles a la hora de elegir un aislante y que, por suerte, la lista de materiales sostenibles para la construcción es cada vez más larga.

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